Trinchera
Se oye el rumor lejano de la vida, carretera que une la flor con el negro destino. Se h uele a madera de pino, olor a tierra mojada. Nace de cada aliento el resuello de los recuerdos. Aire, agua y viento. El frío se cala en los huesos, aunque ya pasó la navidad y sus inventos. Dicen las malas lenguas que de años atrás, solo hubo muerte. La vida de los muertos errantes, los sin suerte. Aquellos que callaron todo lo que vieron y, sin hablar, todo lo dijeron. Son las almas de cada historia, cada lápida divisada en la serranía. Son las sonrisas arrebatadas por una patria oscura. Miles de vidas truncadas. Se escucha en el silencio atroz cada alcayata, clavada en el alba rosada. Retumk¡mban los fusiles al doblar de las campanas y retrocede, cañón, como asustado, por lo que acaba de hacer. Rememoran ordenes mustias de hombre, de los monstruos del día a día. Conviven dos bandos, incapaces de verse; incapaces de querer. Se leen octavillas que proclaman falsas victorias y largas mentir...