Utopía

Me dijeron que no saldría de esta, pero aún conservo las fuerzas. Los genocidas de mi mente estallan en gritos de dolor, transforman mi pensamiento, me arañan la visión y la membrana. Empiezo a sangrar. Y a escribir. Como otras tantas veces, como tras otras tantas mentiras. Pero creo que algo está cambiando, o al menos tengo una fe irracional en ello que me hace agarrarme a la vida. Quiero por encima de todo tener una estabilidad emocional, no en el sentido de pareja, y creo que para eso hay que empezar por quererse a una misma. No es fácil. Tú no puedes. Y una mierda. Las cerrazones de tu mente serán los blindados candados rotos de mi libertad. Y cuando vea a Ícaro tendido en el suelo, quemado, ardiente, sonreiré pensando que ese también es mi destino: llegar a lo más alto posible. Y a lo imposible. Utopía es lo irrealizado, no lo irrealizable.