Sobran los motivos
Este año he
aprendido muchísimas cosas.
- Es imprescindible apoyarse en quienes te quieren en los momentos más difíciles.
No
hay que buscar muy lejos. Se encuentran simplemente unas puertas más allá, a
una llamada, a un breve e insignificante camino en bus. No lo dudes, cuando tu
cuerpo no lo aguante más, cuando tu mente vaya a explotar, no huyas;
simplemente sal corriendo, reencuéntrate con los paisajes de tu calma, de tu
alma, y vuelve cuando amanses tus tormentos.
No
se puede estar toda la vida ocultando
tus fantasmas, hay que pelearlos, y quien mejor para ayudarte que
aquellos que intentaron enseñarte que no existían.
Como
dice el gran maestro "huyendo conmigo de mi".
- Enamorarse es maravilloso hasta cuando el amor te lleva a la más absoluta ruina.
Cada
vez más me doy cuenta de que el amor que no es libre no es amor. Los celos, la
posesión, el rencor. Nos hacen creer que estamos por encima de nuestros
compadres, de quienes calzan nuestra misma piel. El amor que no es libre no es
sano. Basado en mentiras, en verdades a medias. Medias que acaban en otras
camas que no son la mía. Y aunque ese amor te haga perderte, te haga negar a
tus cimientos, por favor, mantente, rechaza la negra sombra del
"querer" y vuelve a repartir ese amor materno que tan bien nos hace.
- Y hablando de amor, las caricias son el orgasmo más reconfortante en los días de lluvia.
- La música es música por todo lo que significa para mí.
Pero
no son los mejores. Los mejores sois todos y cada uno de vosotros, con vuestras
guitarras, vuestros cajones, las panderetas, las palmas, los contrabajos, los
bajos, las voces, los gritos… Las ganas de comernos el mundo en cada acorde,
siempre acordemente superior a nuestras expectativas.
- La poesía es capaz de unirnos. La poesía son breves versos que condensan las atmósferas de tu cuarto. La poesía es mi espalda en tus manos.
Y
aunque no sepa escribirla, sé que tu comprendes que esta prosa poética va más
allá de montones de mierda apalabrada; sale de los roncos gritos de mi garganta
para plasmarse como suaves líneas sobre un teclado. Escúchala, quizá esté
hablando de ti y ni siquiera te hayas percatado.
También
he de reconocer que la mejor poesía, tú y yo, la más explícita siempre se queda
en casa. A ver si de verdad te vas a dar cuenta de que hablaba de ti y tenemos
un problema. No me gusta darle explicaciones al amor.
- Siempre hay motivos por los que brindar. Siempre hay ganas de echarse una caña. Nunca está de más otra caña. Siempre hay gente dispuesta a ayudarte, siempre hay gente con la que hablar, con la que reír, con la que llorar. Siempre hay buenas razones por las que disfrutar de la vida.
Nos
sobran los motivos y a veces incluso nos faltan buenas razones, pero seguimos
los impulsos vitales del sol, que nos lleva a no dejarnos nada por hacer. Alza
tu cerveza conmigo, brinda por la libertad.
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