Para cagarme en ti

Justo iba a escribir para cagarme en todo. Más bien en ti, en el daño que me traías a la mente. En el que me hiciste. En el momento de vacío y perdición que sentí.
Y no sabes lo maravilloso que ha sido, ponerme delante del papel y no tener nada que decir.
Y digas lo que digas, no te olvidaré, pero tampoco voy a recordarte.
He respirado tan tranquila, tan profundo, tan bien. No queda nada de aquella ansiedad oscura y carcomida.
No queda nada de ti.
Y por supuesto no queda nada de aquel yo, solo la esencia.
Y el aprendizaje. He aprendido a vivir y sentir la dulzura. Ya no hay más sombras malditas.
Bendita dulzura la nuestra. La de ahora. La de las mujeres enraizadas en una sola piel.

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